Friday, January 19, 2007

ALEMANIA AL FRENTE

El 2007 nos ha traído al concierto europeo la presidencia de Alemania para el primer semestre. A priori creo que es una buena noticia, máxime una vez he tenido la oportunidad de escuchar un resumen del discurso ofrecido por la premier alemana en el Parlamento Europeo. Se nota que derrocha la energía de aquel que no prueba de nuevas las mieles del triunfo, con un brío y un optimismo que sólo lucen los habituados a la victoria. Y es que, tras algunos años de dudas, todo sopla de nuevo a favor de la nación germana. Su economía retorna a la senda del crecimiento, su déficit vuelve a estar controlado por debajo del 3% tan temido, tras cinco años de números rojos. En defintiva, Alemania se siente segura, a través de su canciller, para ser de nuevo la ansiada locomotora de Europa.

No podía venir en mejor momento la Señora Merkel. Europa, el proyecto europeo, venía necesitando de líderes como ella dispuestos a tirar de nuevo del carro tan complejo y pesado en que se ha convertido la Unión de 27. Y los necesitaba así de optimistas y decididos, colocando en la agenda renovada fechas y objetivos y siendo capaz de sacar de las dudas y del marasmo a la nave en su conjunto, que fondeaba un poco al pairo arrastrada por el pesimismo holandés, y sobre todo, francés. Ya basta de dejarse llevar de modo permanente por la negatividad y las circunstancias políticas galas. Estamos de acuerdo en que Europa requiere de una Francia activa y comprometida, pero deberíamos procurar no desenfocar del todo la cuestión. Como he podido comprobar en estudios propios de investigación política, no es Francia precisamente el socio más comprometido con el cumplimiento de la normativa europea, ni tampoco el que más ayuda precisamente a que Europa tome impulsos políticos que no pasen por la voluntad y los objetivos marcados desde el Elíseo.

A veces parece dar la sencación de que Francia quiere una Europa a su medida y a su ritmo, y eso no va a ser posible ya nunca más con una Europa cada vez más extensa y variada. Algunos líderes franceses, decidida y abiertamente en contra de una constitución para Europa, deberían mirar con mayor respeto todavía el destino del continente unido, y no tratar de someterlo a los dictados de las necesidades cortoplacistas o electoralistas nacionales. La crisis socioeconómica que atraviesa Francia desde hace algunos años, no es la crisis de Europa, sino sólo la de Francia. Y lo es por causas que sólo pueden ser leídas y resueltas desde el prisma local francés, no europeo. Así debería transmitirse las cosas al electorado francés, que más Europa será un beneficio para Francia y no un perjuicio. Lo mismo que sucede con Holanda, donde los retos que se afrontan, con mayor motivo, jamás podrán ser vencidos sin la ayuda de los socios europeos.

Desde aquí apoyamos sinceramente la causa constitucional europea, un texto fundamental que permitirá que Europa tome la arquitectura definitiva que la posiblite moverse con la desenvoltura y eficacia requeridas en el concierto mundial, una escena cada vez más compleja y exigente con sus actores. Suerte para la canciller alemana. Hasta pronto.

















































































No comments: