Friday, December 15, 2006

UN: Una nueva era.

El surcoreano Ban Ki Moon acaba de jurar su cargo como nuevo Secretario General de Naciones Unidas. En su juramento, entre otras cosas, promete fidelidad absoluta a la organización, así como no responder a la voluntad unilateral, ni a mandatos ni a órdenes de ninguno de los países miembros. Esto, lejos de tratarse de un desideratum propio de una fórmula rigorística en un acto protocloario, recobra su verdadero sentido si hacemos una breve retrospectiva de la gestión llevada a cabo por el Secretario saliente, Kofi Annan.

Tras su segundo mandato cabe concluir que Koffi Annan se ha visto en gran medida menoscabado en sus capacidades como Secretario General, habida cuenta su lacerante y poco larvado enfrentamiento con la administración norteamericana, de fuertes convicciones unilateralistas y abiertamente escéptica ante las posibilidades reales de la organización. Aún y con todo, bajo nuestro punto de vista Annan ha demostrado tener bien interiorizados los valores que mueven NU, y ha sabido mantener firme su independencia de criterio que, si bien no han podido ayudarle a llevar una gestión cómoda -y netamente eficaz- durante sus dos mandatos consecutivos, si por lo menos ha logrado dejar intacta la credibilidad de la organización ante el resto de la sociedad internacional, lo cual es lo mismo que decir que ha sabido asegurar el futuro de la misma. En este sentido sí cabe decir que su gestión ha resultado notablemente eficiente. No le quepa a nadie duda que de haberse doblegado a los designios de convicciones unilateralistas, NU se hubiera colocado en serio riesgo de desaparición. Y eso Annan lo entendió siempre a la perfección, manteniéndose firme contra viento y marea asido al contenido de su juramento, así como fiel a los dictados de la legalidad internacional, lo cual ha dado oxígeno suficiente a UN para sobrevivir en momentos extremadamente delicados, sobre todo a tenor de lo sucedido en la guerra de Iraq.

No debería perder de vista el nuevo Secretario las enseñanzas que lega la gestión de Annan a lo largo de sus dos mandatos. Sería recomendable que entendiera que por encima de todo, lo que con mayor valor atesora NU es su prestigio como organización independiente de todo criterio en el ada vez más complejo concierto de la sociedad internacional. Con la victoria de los demócratas americanos en las últimas legislativas en los USA, y como bien dice Le Figaró (París, 14/12/2006), se abre una nueva etapa en la que la multilateralidad vuelve a cobrar protagonismo afortunadamente, acaso momento adecuado para retomar proyectos de reforma en el seno del Consejo de Seguridad, así como para la promoción decidida de soluciones concertadas en crisis que esperan solución a la vuelta de la esquina, como la ambición nuclear de Teherán o el enquistado conflicto en Palestina. Naciones Unidas debe seguir haciendo oir su voz con claridad en la arena mundial, por encima de perfiles personales o de estrategias nacionales. Suerte para Ban Ki Moon en su nuevo cargo, y mi reconocimiento para Kofi Annan por su esforzada labor.

Thursday, November 23, 2006

Reinos de la Oscuridad.

Admito lo melodramático del título, pero me vais a permitir que no sea más explícito, no vaya a ser que me encuentre mañana en el desayuno con un trago de uranio enriquecido dentro del café y me vaya de golpe por allí donde no vine. En efecto, como siga así la cosa, entre los extremistas musulmanes tan sensibles con los comentarios occidentales (que no con los derechos humanos en sus respectivos países, ni con los derechos de la mujer, ni...), los regímenes que eliminan a su desidencia (lo que se dice a gritos de Moscú en toda Europa), y los que eliminan a la disidencia en países vecinos (también se habla de Damasco en el último asesinato de Beirut) no nos van a dar oportunidad, de aquí a unos años, más que a meternos con toreros, con folclóricas y sus vestidos o con futbolistas venidos a menos (bueno, cuidado también, cualquiera critica a Raúl -y eso que juega a ratos-, ni que tuviera plaza de opositor en la selección oyes, que mal ha sentado que no juegue un par de partidos).

Fuera ya ironías, da pavor observar como se pone la cosa más allá de las reducidas fronteras de la democracia occidental y de algunos países emergentes como Corea del Sur, Singapur, Taiwán, India, y poco más. Los dictadores, tanto los reconocidos como los que no lo reconocen, que son mayoría, tiran cada vez más de servicios secretos y de soluciones últimas para eliminar "problemas" de disidencia. En un mundo feliz, el Tribunal Penal Internacional acabaría por enchironar a todos esos voraces caimanes que se comportan más como alimañas peligrosas que como estadistas al servicio público. Pero el nuestro cada vez se parece menos a un mundo feliz. No me vale el cuento chino de la dificultad de gobernar algunos estados históricamente problemáticos y tumultuosos, como suele de decirse de Rusia o de China, ni aquello del polvorín geoestratégico en que algunos se dicen inmersos, como la propia Siria, o Irán, por nombrar a los que están más de moda, aunque se podría citar una lista interminable, desgraciadamente.

Es difícil recomendar cualquier solución en este mundo tan complejo e hipócrita, una sociedad internacional que aplaude a la vez que maldice. Debería haber mínimos comunes no traspasables, mínimos los cuales de no alcanzarse debieran relegar a sus culpables al más oscuro rincón de la indiferencia internacional. Pero no, el realismo ruín del corto plazo, el interés miserable por unos barriles de petróleo, cualquier rendimiento inmediato puede más que un pensamiento razonable, que una estrategia solidaria. Líbano sufre la siniestra influencia de Damasco y Teherán sobre la oposición de su Parlamento, padece la inabordable crueldad de esos dirigentes extranjeros, que temen que de perder influencia en Beirut la zona pueda llegar a occidentalizarse sin remedio. De hecho algo parecido pasó con los países del este europeo con respecto a Rusia. En realidad, tanto Teherán como Damasco no temen a occidente, ni siquiera a Israel, lo que temen de veras es la libertad, la democracia, la igualdad y los derechos humanos. Les entra un pánico retrógrado pensar que si las cosas van bien el Líbano van asistir al progreso de la libertad a las puertas de su frontera. Su propio pueblo verá el progreso más inmediato cerca de su casa, y eso los déspotas no lo pueden permitir. La democracia en el Líbano es el verdadero peligro, la amenaza real para sus régimenes autoritarios. No podemos abandonar el Líbano a su destino.

Friday, November 17, 2006

Donde dije "digo"...

Bush está hoy de visita oficial en Vietnam. He podido ver en el diario que una lugareña le acababa de arreglar un vestido tradicional vietnamita, que según parece en algún momento se colocará el mandatario americano, como modo simpático de mejor caer en gracia a sus huéspedes, sus sufridos y nada olvidadizos huéspedes. Igualmente, he podido oir al respecto que en una de las arengas pronunciadas hoy mismo por Bush -que rápido vuelan ya las noticias-el presidente afirmaba que la lección que el pueblo americano debe extraer de la guerra de Vietnam, con respecto a la de Irak, es que no se debe abandonar el campo de batalla así como así -más o menos-. Y se habrá quedado tan pancho, digo yo.

Su amigo el mandatario Blair, sigue igualmente un tanto reflexivo ahora que empieza a ver el final de su carrera declinante en Downing Street. Acaba de asegurar que una salida negociada, y una retirada progresiva del conflicto podría ser una buena solución. El propio Bush reconoció al saberse perdedor en las legislativas americanas que el asunto de Irak requiere un giro estratégico, despidió a Rumsfeld -lo que en el fondo fue un enorme favor a un gran amigo- y parece que sondea, a la vez que promueve, tímidos intentos de conversaciones indirectas con Siria e Irán para bosquejar un arreglo global a los conflictos del Oriente Medio.

Vaya hombre, tan sólo unos centenares de miles de muertos después, parece que a los adalides de la democracia se les ocurre pensar que las formas pacíficas de arreglo de controversias es un sistema factible de dirimir diferencias insalvables. Parece que ya no es tan urgente descubrir unas armas químicas que no existen, parece que el destino de Occidente sigue a salvo a pesar de todo. Y no es demagogia, señores, porque los muertos ahí están, la destrucción ya arrasó lo que debía arrasar, el mal está hecho y la herida tardará en cicatrizar..., cuando acabe de sangrar más bien. ¿Por qué cuesta tanto ser razonables? ¿El petróleo? ¿La industria de armamento? ¿El "Destino Manifiesto"? ¿La exportación de los valores democráticos? Es para mandar a freir espárragos a los cuentistas que nos vienen con geoestrategia barata, a sus escribanos serviles y a las madre que les matriculó. Tanto Harvard, Tanto Oxford y Cambridge para qué. A veces le dan a uno ganas de coger una cachimba y hacerse hippy. Y perdonen ustedes el tono de hoy, me ha dado por pensar qué me pasaría por la cabeza si me hubiera tocado en suerte ser padre de familia irakí.

Friday, November 03, 2006

Estadistas: visión de estado.

Actualidad obliga. Una vez más me siento en la necesidad de descender a la arena de la política nacional, a pesar de que como ya he dicho en más de una ocasión no sea mi terreno preferido. Y lo hago para comentar si quiera brevente el dibujo resultante de las elecciones autonómicas catalanas, un escenario de veras parecido al que ya había, como por otro lado suele responder a la tradición del electorado catalán, muy poco dado a cambios súbitos y espectaculares.

En primer término, dando por sabidas las diferentes combinaciones posibles para formar mayoría de gobierno, personalmente me inclino por la "sociovergencia". Y lo hago así mirando hacia lo que estimo que más estabilidad y progreso puede conceder, no ya sólo a Catalunya, sino también al conjunto del Estado. No digo por eso, que este vaya a ser ni mucho menos el final feliz de esta nueva historia que nace con el resultado de las elecciones. Si de algo carece hoy día la arena política en nuestras latitudes, por lo visto hasta ahora, es de verdaderos hombres de estado, de estadistas a la antigua usanza, de aquellos hombres magnos y sabios que hacían de la política algo más que un juego de poder y una profesión. Eran líderes que realmente se guiaban por el interés de su pueblo y no por su propia trayectoria o la de su partido. Pero mucho me temo que los tiempos en los que un Churchill, un Kennedy, un Suárez, un Pujol - por qué no-, incluso un Clinton eran capaces de mostrar la generosidad y la transversalidad de su liderazgo han pasado ya. Y espero de veras que los acontecimientos me quiten la razón, pero creo que no va a ser así, que se impondrá la ruindad del corto plazo que ha hecho triunfo en la política española, y en la europea en general, y que Montilla acabará por caer rendido en los brazos de sus poco fiables socios de izquierda con tal de verse proclamado President. Y es una verdadera lástima, porque se me antojaba esta una ocasión única para que Catalunya acabara de conceder solidez a un proyecto español realmente plural, en el que todas las sensbilidades-las que lo quieran, claro está- tendrían cabida. El progresismo español ganaría terreno y tranquilidad para desarrollar el proyecto trazado por Zapatero, Catalunya por su parte podría desplegar el total de su potencial autonómico, lo que revertiría a su vez en una mayor solidez social, política y económica en el conjunto del Estado. Pero como digo, mucho me temo que al PSC le va a faltar visión de estado.

En otro orden de factores, ERC pierde terreno, lo que era previsible. Les falta madurez como partido de gobierno y sentido de la responsabilidad global, la que va más allá de las asambleas de sus militantes. El PP de Catalunya, sigue en su lenta agonía que a buen seguro tendrá continuidad más allá del Ebro. Que sigan con su desaforada crispación, y que sigan dándole a Acebes y a Zaplana las labores de portavoces, que sus oponentes se lo agradecerán -que no la gente de la calle-. Felicito a ICV, por su subida en escaños, pero con humildad les recomendaría que no pierdan la perspectiva, tienen la representación que tienen, la quinta fuerza política todavía. Ciutadans de Catalunya, a mi juicio, tienen ante sí un futuro muy complicado a pesar de su espectacular irrupción, y mucho dependerá del tono que tomen las apariciones públicas de sus líderes, en los próximos meses sobre todo. La gente se está empezando a hartar de tanto ruido.

Por último, me gustaría realizar un último comentario sobre el nivel de participación, que algunos dicen, ha sido muy bajo. No acabo de estar de acuerdo con esa consideración, y no puedo evitar sonreír cuando a tales niveles de abstención les asignan unas intenciones determinadas por parte de los no-votantes. Quienes hemos tenido la oportunidad de trabajar en el mundo asociativo, lo sabemos muy bien: la pereza participativa en cualquier ámbito de la sociedad pública es el signo más marcado de la población en las sociedades avanzadas y urbanas actuales, con todas las excepciones que quieran apuntarse. No es que haya un especial desencanto con las propuestas de los partidos políticos -un pequeño porcentaje también lo habrá, por supuesto-, el problema es que a la gente le cuesta horrores bajar a la reunión de propietarios que hay en la puerta de su escalera, pues imaginen el ir a votar tres o cuatro calles más allá, y más en día festivo; para qué, qué ganan se preguntan, ¿nada? pues no voy. Así de simple, sin más. Interpretar mayor o menor catalanidad, españolidad, inquietud política, renuncia al sistema o otras milongas similares en la simple incomparecencia a la mesa electoral es no atenerse a la realidad más sencilla, más posible y más inmediata -principio de la navaja de Occam-. La despreocupación existencial de la mayoría de la población hacia lo que no le incumbe directa e inmediatamente es la premisa más básica a la que ha de acudirse hoy en día para cualquier análisis mínimamente coherente. Otro gallo canataría si en el voto se decidiera algo más próximo y claro como, por ejemplo, el precio de la gasolina, el recibo de las hipoteca, el precio de la vivienda, el precio de la alimentación, los impuestos, o cosas que afectan al bolsillo de hoy para mañana. Pero de esas cosas, también es verdad, se habla muy poco durante las campañas. Que nadie se engañe, incluso ante propuestas tan directas, la abstención seguiría siendo muy elevada, es la divisa de las sociedades hedonistas post-industriales. Así nos va.

Friday, October 27, 2006

La integración de los últimos inmigrantes: ¿un mito?

Hoy hace un año que las calles de los suburbios de París ardían en revueltas callejeras nocturnas que tardaron semanas en ser sofocadas. El estallido de la violencia se propició no más acontecer el fallecimiento por electrocutación de dos chavales de ascendencia magrebí cuando eran perseguidos por la policía. Un año después, las autoridades locales reconocen que aquel polvorín resta latente para volver a incendiarse de un momento a otro. Tras los hechos, sociólogos y columnistas franceses se apresuraron a culpar a la administración pública francesa por no saber escoger caminos fiables que condujeran a la movilidad social de estas nuevas generaciones de inmigrantes. Esta misma semana, en Gran Bretaña, país con una larga tradición de inmigración que promueve la multiculturalidad por encima de todo, todavía colea el asunto de la profesora de preescolar que pretendía, en nombre de su libertad religiosa, dar clase a sus pequeños cubierta con un velo negro. Estos últimos acontecimientos han dado metralla suficiente a sociólogos y analistas americanos de corriente neocon -véase entrevista a John Kotkin, la Vanguardia 27/10/06- para regodearse del triunfo de su esquema político-social, e incluso económico, en el cual según ellos, los problemas de esta índole son ya inapreciables en comparación con lo que ofrece el revuelto panorama europeo.

Ja,ja! que diría un castizo. Me parece de una ceguera soberbia el presentar la ausencia puntual de problemas étnicos o sociales como el triunfo definitivo de un esquema de sociedad. Máxime en el caso americano, un ejemplo complejo como pocos, en el que más allá de la política de gestos, los WASP (white- anglo-saxon- protestants) siguen detentando sin discusión los resortes claves de la política y la economía americanas, allí donde las desigualdades económicas siguen creciendo, según los propios informes que facilita la Casa Blanca, y donde cada vez la minoría rica detenta un mayor porcentaje de la renta nacional, en detrimento de una clase baja cada vez con menos recursos y cada vez más extensa, y de unas clases medias cada vez menos robustas y con menor margen de maniobra. Y todo ello por no citar los disturbios habidos en Los Angeles en abril 1992 -tras la sentencia que exculpaba a unos policías por propinar una soberana paliza que casi lleva a una silla de ruedas de por vida a Rodney King, ciudadano negro, indefenso y culpable de quejarse por un registro injustificado- que todavía son objeto de estudio y análisis, o los disturbios en la misma ciudad del año 65 por las mismas causas, que dieron un pavoroso saldo de 28 muertos. En ambos casos se tuvo que decretar el estado de emergencia, acudiendo la Guardia Nacional a pacificar las calles tras los toques de queda. En ambos casos la intensidad y el saldo de heridos y muertos, arrestados y detenidos hacen palidecer por su brevedad la importancia de las revueltas de las Banlieus. Y es que la historia americana, forjada a base de flujos migratorios de enorme intensidad, ha escrito en la mayoría de sus páginas párrafos de enorme agresividad entre los diversos colectivos étnicos que compartían el territorio. Y no miremos más al pasado, deberíamos recordar al Sr. Kotkin que esta misma semana ha sido aprobada una ley por la cual se construirá una verdadera muralla de 1.200 kilómetros de largo en la frontera de Méjico para tratar de frenar la incontenible oleada de inmigrantes que tratan de cruzar el Río Grande en busca de una vida mejor. Y yo le pregunto, Sr. Kotkin: ¿es la muralla levantada por la administración Bush el símbolo del triunfo del modelo de integración social norteamericano?, ¿o es más bien el remedio útimo y tosco ante la impotencia de no poder solventar un problema de estas magnitudes?

Así es amigos, nos hallamos ante uno de los retos más difíciles de sortear de los que el nuevo milenio nos trae. Y ante ello, en mi opinión, no hay modelo de integración que cuente con una receta milagrosa capaz de solventar el problema enteramente. La responsabilidad no recae sólo en la sociedad de acogida, como de forma permanente se quiere hacernos ver desde un análisis posibilista y harto simplista de las cosas. Es cierto que nos pertoca una gran dosis de responsabilidad por ser quienes detentamos el control del sistema, pero que nadie se lleve a engaño: gran parte de la solución del problema, por no decir en su mayor parte, reside también en la capacidad de absorción y permeabilidad del individuo que llega, que en el caso de la inmigración musulmana - a diferencia de los afroamericanos, que incluso en los peores momentos de su sufrida historia desearon pertenecer completamente al sistema-, con los debidos respetos, es más bien escasa, debido en gran parte a que sus propias elites políticas y religiosas restan capacidad de asunción individual ante lo que consideran son unos valores desviados los que sus congéneres se encuentran en la sociedad de acogida occidental. Y si ya al llegar, lo que se fomenta desde esas elites político-religiosas sobre el individuo es el rechazo frontal y universal al sistema que le recibe, difícilmente podrá hablarse luego de cualquier modelo de integración. Lo más seguro es que el individuo opte por encerrarse en su ámbito étnico más inmediato, sin siquiera preocuparle si sus hijos, una vez aquí, tendrían una mejor vida con otro enfoque de las cosas. Así es, conversando con cualquiera de ellos de forma amistosa reconocerá en su mayoría y sin problemas no hallarse en absoluto interesado en lo que a los occidentales -cristianos o no- pueda concernir, vienen a trabajar y a tener una vida más digna y poco más -con todo el derecho del mundo, por otro lado-, pero sin mixturas de ninguna especie. Así las cosas, ¿cómo quieren sus líderes que remita la atmósfera de renuencia que este tipo de inmigrantes se encuentra cuando se halla en la tesitura de avanzar, progresar o triunfar más allá de su ámbito social más inmediato, en un entorno profesional o de negocios? Está más que demostrado que aquel individuo con mayor capacidad de adaptación al sistema es el que mejor logra colocarse de cara a su promoción individual en dicho sistema, y el que más posibilidades mantiene de disfrutar de una movilidad social intrageneracional e intergeneracional relevante. Individuos así con menos apegos religiosos y culturales con su civilización de origen son los que a la larga tienen más posibilidades de avanzar en su universo de acogida. Es, si me permiten la expresión, una ley natural.

En estos parámetros parece lógico pensar que la solución de los problemas de integración-inmigración, sobre todo con los colectivos de difícil o escasa permeabilidad, comienza ya pues en sus sociedades de origen, en donde los programas internacionales de cooperación al desarrollo tienen una importancia estratégica fundamental. Es evidente que aquel individuo que goza de un nivel de desarrollo humano aceptable difílmente va a adoptar la decisión de abandonar su sociedad nativa. Asimismo, es menester trabajar coordinadamente con los gobiernos de los países emisores en aras de informar sobre las posibilidades reales del acto inmigratorio. Está demostrado que muchos de los que llegan, llevados por sueños televisivos, creen que alcanzarán niveles de bienestar inmediatos e importantes no más llegar a Europa, y bien es sabido que luego no es así. También es menester informar, extensa y pormenorizadamente sobre el territorio, acerca de los peligros -incluso para la propia vida- que conllevan algunas formas de inmigración, por no decir casi todas las que se hallan fuera de los canales regulares.

¿Y qué sucede con los ya instalados entre nosotros? No queda otra: diálogo y más diálogo. Hacer entender al que llega que si quiere disfrutar de un nivel de movilidad social suficiente debe mostrar una actitud social receptiva e integradora que ayude a erosionar los estereotipos que funcionan sobre estos colectivos, lo que es decir, generar a su vez confianza. A los que reciben se les deberá enviar mensajes con contenidos ciertos de cuáles son las verdaderas repercusiones de los flujos migratorios, que además de inconvenientes ciertos, y que tienen que ver con la escasa agilidad de los sitemas para la rápida absorción del contigente de recién llegados, también hay factores muy positivos como son crecimiento económico colectivo garantizado, mayor riqueza cultural y social, y nuevas oportunidades que se abren con formas nuevas de ver las cosas. Tenemos que lograrlo por el bien de todos: convivir en paz.

Friday, October 20, 2006

El espía que llegó del frío.

Permitidme que nuevo pose la mirada en Moscú..., o mejor que lo haga en Lahti, una pequeña ciudad de Finlandia donde hoy se reúnen los jefes de gobierno de la Unión Europea con Putin, presidente ruso, y en donde se discutirá a fondo sobre temas de interés común. Más tarde o más temprano aflorarán dos cuestiones de capital e inquietante importancia: primero la energía, puesto que Rusia aprovisiona cada vez más con mayores cantidades de gas y petróleo a Europa (25% de toda su energía), y segundo, el déficit democrático que el régimen de Putin mantiene en el seno de sus fronteras. Otros asuntos espinosos, como las relaciones de Moscú con Tiflis, con Kiev y con el resto de capitales exsoviéticas, serán tratadas más de soslayo, habida cuenta la prioridad con la que los asuntos anteriores vienen marcados en la agenda europea.

Es más probable que Moscú acentúe hoy su estrategia de intransigencia con respecto a las demandas que le vengan de los socios europeos. No en vano, en la crisis del suministro de gas con Ucrania del invierno pasado -que luego afectó a casi todo el continente-, lo que quedó meridianamente claro es que Europa se ha dejado sorprender de manera harto ingenua con una dependencia absurda y sobrevenida del potencial energético ruso, de tal forma que sus objetivos estratégicos en la región van a quedar claramente debilitados, a mi juicio, por largo tiempo. Es cierto que Rusia puede aún depender mucho de las inversiones europeas si quiere continuar en la breve senda de desarrollo que parecía haber iniciado, pero no es menos cierto que todo esto para Putin no resulta nada más que una preocupación muy secundaria que no le va a arredrar en tomar decisiones drásticas, llegado el caso. El concepto, si se me permite la expresión, utilitarista-minimalista que Putin mantiene de la democracia le permite incluso postergar en gran parte necesidades económicas estratégicas de primer orden, que serían priotarias para cualquier otra administración occidental -incluso necesidades básicas para la población-, con tal de no ver retroceder ni un ápice la influencia y/o el poder que cree tener derecho a detentar como potencia regional.

Europa se ha equivocado gravemente al subestimar la Rusia de Putin, como lo demuestra el hecho de que sus empresas petroleras de bandera hayan sido capaces de firmar alianzas con gasísticas argelinas, circunstancia que agrava aún más la creciente dependencia europea del poder energético del Kremlin, incluso extendiéndola en términos geográficos -el gas de España proviene, como es bien sabido, de pozos argelinos-. Y seguirá equivocándose gravemente si cree que puede seguir por mucho más tiempo actuando de forma fragmentada en su política exterior e interior, y no reaccionando de forma unívoca, tanto en el plano geoestrátegico exterior como en plano estructural interior -en el sector energético, en el económico,...-. De esta forma, no sólo ya Europa, todo occidente va perdiendo en realidad gran parte de su influencia dejando que Rusia controle omnímodamente la política regional desde la fuerza que le concede su inagotable emporio energético, lo cual, si se suma a la imparable y progresiva solidez que va adquiriendo el crecimiento económico chino, nos da como resultante la dirección que está tomando definitivamente el orden internacional de las próximas décadas. Un orden internacional en el que los europeos no estamos llamados a contar apenas nada, si nuestra elites respectivas no acaban de darse cuenta de la extrema importancia que sus decisiones en el ámbito de la política exterior europea van a tener a partir de ahora y en los próximos dos o tres años.

Para Europa se están acabando los tiempos de seguir con más ensayos y titubeos, y cada vez más apremian las decisiones firmes, decididas y sabias de robustecer las políticas comunes, y las no comunes, acabándolas de comunitarizar. Ha llegado el momento de coger al toro por los cuernos y comenzar, por parte de las elites máximas, a liderar las reformas internas necesarias que den como resultado la culminación de Europa como bloque único, firme y consolidado, capaz de ser definitvamente oído como una sola voz en el concierto internacional. El momento, insisto, ha llegado. Y hasta tal punto lo afirmo, que a no mucho tardar -hablamos en términos de años- veremos incluso a una administración norteamericana fomentando, por interés propio, la culminación de esa Europa unida por la que tanto tiempo venimos todos trabajando.

Por su parte Putin, y lo digo con el máximo respeto, también se equivoca gravemente. Su inveterada manía de gobernar una nación tan grande como si se tratara de un cuartel, el tratar de hacer valer las razones de la fuerza para una "democracia" tan extensa y heterogénea no le va a dar resultado por largo tiempo, en términos de eficacia. Rusia es una nación cansada como pocas de tanto autoristarismo estéril, y más tarde o más temprano lo volveremos a notar en forma de movimientos sociales de honda repercusión. Pero es que además, gobernar de esta forma, relacionarse con el resto de la comunidad internacional de esta manera, sólo le va a llevar a construir un país más inseguro, más oscuro, más socialmente fragmentado, más aislado, menos desarrollado, en una palabra, menos competitivo, con lo que apenas podrá mantenerse influyente en la sociedad internacional, sino es a base de demostraciones de fuerza como las que el año pasado vivimos con el caso de Ucrania. No parece que le sirva de mucho tener tan cerca el ejemplo chino para darse de cuenta de cómo se lleva a cabo un crecimiento mínimamente eficaz: si por lo menos no se le ofrece a la población un desarrollo en términos democráticos -que debería ser lo obligado-, al menos deberá hacerse en términos económicos, de tal forma que esa población entienda que su sacrificio personal en el ámbito de los derechos fundamentales y las libertades básicas recompensa con una distribución creciente en términos de renta. Pero no, Putin no parece que esté por la labor, ni mucho menos. Sigue fiel a la anacrónica guía que le ha garantizado su supervivencia hasta la fecha: ser más duro y más fuerte que el vecino. Como digo, qué equivocado va.

¿Aprenderá alguna de las partes en Lahti a reconocer los senderos más cómodos y seguros que el futuro depara?Es cierto, yo también lo dudo.

Wednesday, October 11, 2006

TRIÁNGULO PERICOLOSO: Los derechos humanos en recesión.

No deja de llamar poderosamente la atención el hecho de que una noticia que en culaquier otro momento hubiera sido objeto de atención global, como es la propuesta del Consejo de Seguridad de NU para el nombramiento del sur-coreano Ban-Ki Moon como nuevo Secretario General, haya pasado casi totalmente desapercibida en el atropellado foro de la sociedad internacional - ¿mal presagio para el futuro de la organización?-. Y es que tres polos de atención, a cuál de ellos con mayor intensidad, han solapado de manera grave una nominación teóricamente tan importante. A los tres les adjudico una pauta común: el deterioro de los derechos humanos en su respectivo ámbito de influencia.

El primero se sitúa en Corea del Norte, territorio malgobernado por la última dictadura de corte estalinista que queda en el mundo. Los hechos son conocidos, el ensayo de explosión nuclear ha tensado de forma muy grave las relaciones entre ese malhadado país y el resto de la comunidad internacional. Sólo la determinación china evita que las potencias occidentales, sumadas a Japón y Corea del Sur, emprendan acciones bélicas de cierta envergadura. Pero ni siquiera los chinos parecen dispuestos a permitir que Kim Jong Il prosiga en su huida hacia adelante con una escalada armamentística que pondría en peligro la seguridad de toda la región. No creo que la gloria nuclear le sirva mucho al dictador para distraer la atención de la pobre situación que los derechos humanos atraviesan en su país, un lugar donde además de no disfrutar de ninguna libertad, los ciudadanos apenas pueden satisfacer sus necesidades más básicas. No se va permitir en absoluto que un líder tan poco fiable detente un poder nuclear susceptible de quedar fuera de todo control. Seguriemos atentos, confiemos en los buenos oficios de sus preocupados vecinos para convencer al dictador de que entra en una vía sin retorno.

El segundo polo resulta igual de llamativo y no menos grave, aunque sus repercusiones no sean tan inmediatas. El asesinato de la periodista rusa Anna Politskóvskaya retorna nuestra memoria a los peores tiempos de la guerra fría y pone por fin en titulares a nivel mundial la franca recesión de los derechos humanos en Rusia. Durante el mandato del actual premier ruso han muerto nada menos que doce profesionales de la información, todos ellos críticos con la actual gestión del gobierno ruso. Si bien es demasiado pronto para responsabilizar a nadie de la autoría de este último crimen, el hecho de que la libertad de expresión e información no puedan ejercerse con la seguridad debida -una garantía que sólo compete ofrecer al gobierno de esa nación- pone muy en tela de juicio los avances democráticos en la era de Putin. El líder ruso ha prometido una investigación profunda del suceso y esperaremos también el desarrollo de los acontecimientos. Me temo lo peor. No obstante, el que Rusia despegue definitivamente como potencia económica capaz de garantizar un índice aceptable de desarrollo humano en su territorio dependerá en gran parte, no sólo de la explotación de su riqueza energética o la fuerza de su liderazgo político regional, sino también de su capacidad de construir instituciones fuertes, transparentes y seguras, capaces de asegurar la provisión de bienes y servicios así como una dibustrición equitativa de la renta a una población que por tan largo tiempo ha padecido escaseces de toda índole.

El tercer punto de atención puede extenderse a todo el occidente desarrollado, que coincidiría más o menos con el territorio de los países miembros de la OCDE, y se manifiesta en una regresión, también a mi juicio preocupante, en la amplitud de la libertad de expresión con respecto a lo que dictan las normas de comportamiento de otras religiones, según lo que interpretan a su vez los líderes más radicalizados de estas otras religiones. Como prueba, véase el tono de este mismo párrafo. Considero el respeto como una norma de conducta universal, y a éste hemos de apelar todos para tratar sobre cualquier credo o ética, étnica o geográficamente designada, a cualquier conjunto de valores, en definitiva, que se distinga por un seguimiento colectivo. Sin embargo, no me parece muy de recibo que líderes religiosos o líderes políticos procedentes de países que distan mucho de conocer la democracia y sus formas de igualdad, también por razón de sexo, sean quienes hayan de categorizar sobre lo que debe decirse o no, ni siquiera sobre su misma religión. Para empezar a hablar de respeto como norma de conducta universal, para acusar de irrepestuosos a los demás, merece toda credibilidad sólo aquél que lo practica política y socialmente con sus conciudadanos, sean del género que sean, no aquellos líderes políticos o religiosos que no invitan precisamente a practicar formas democráticas e igualitarias de conducta. Asimismo, lamento decir que tampoco pueden merecerme mucha credibilidad quienes defienden una igualdad sólo parcial en países de occidente, pero que no claman por esas libertades en sus países de origen donde sus compatriotas sufren todavía los rigores de las dictaduras. El primer respeto se lo debemos siempre a nuestros iguales. Esto no me parece buscar la igualdad, me parece una cosa muy distinta.

Llamadme iluso, pero yo no pierdo la esperanza y confío en que alguna vez haya una sola democracia, una sola igualdad, y un solo respeto a los valores universales de justicia e igualdad.

Friday, October 06, 2006

De la intolerancia rampante y otros pecados no menores.

Pocas veces descenderé al terreno de la política nacional, toda vez que entiendo que en los tiempos que corren, y ya desde hace mucho tiempo, se ve atravesada de una aire cainita e intolerante como pocas veces en la historia constitucional de España ha sucedido. Y no me gusta. Me repele, sin ir más allá, el tufo a revelación suprema que se desprende de algunos significados representantes del conservadurismo español, me causa profunda repulsión el desprecio a la verdad desnuda que se hace desde personalidades concretas de ese partido, ahora en la oposición, con el sólo objetivo de retornar al poder, al precio que sea; el ataque permanente que se hace a las instituciones desde un comité ejecutivo fracasado, con nombres y apellidos, no busca otra cosa que justificar una derrota electoral que sólo se debió a su incompetencia y a su arrogancia, cuando en realidad tenían todos los ases para seguir gobernando por tiempo todavía prolongado. Y de esa derrota quieren culpar a los demás, criminalizar a todos aquellos que no ven, porque es imposible que así lo vean, las cosas como ellos. Qué calamidad de gestores conduce ese partido, amigos, ¡ y pensar que todavía ven en esa soledad la confirmación de sus tesis, erradas y autoritarias!

He estado unos días en Madrid por negocios personales. Me gusta Madrid, siempre me gustó y no en vano parte de mis orígenes se hallan en la capital del estado. Me he encontrado con una capital tan bella y dinámica como de costumbre, enfrascada como siempre en el desarrollo de sus obras públicas e infraestructuras, con un cielo en sus afueras que prosigue muy cubierto aún de grúas. La construcción sigue siendo allí la actividad motora, en una expansión que mi juicio no parece contar con un modelo de crecimiento muy ordenado. El tiempo lo dirá, pero yo ahora veo que allí los problemas de movilidad se tratan de paliar a través de más infraestructuras, que a su vez generan no más que una mayor movilidad, metiéndose así en un laberinto de salida muy complicada. He pasado, a pesar de los quehaceres que me llevaron, unos días muy gratos. No obstante, me ha preocupado escuchar, de personas cercanas, el ambiente harto polarizado que se vive en la mayor parte de centros de trabajo y otros lugares de socialización alternativa. Dicen que es difícil abstraerse de ese clima de tensión política tan absurdo que trata de imprimirse sobre todo desde la militancia conservadora y desde sus medios de comunicación afines. No dejan pasar la oportunidad, dicen, de presionar a todo aquel no-correligionario con soflamas a veces muy incómodas sobre los avances -para ellos retrocesos- del gobierno socialista y del estado en general, según ellos al borde de un abismo insalvable (¡?). Tratan de llevar la crispación, algo abstrusa ya, que se vive en el Congreso hasta los más sencillos rincones, de tal modo que el clima irrespirable en la ciudadanía acabe por erosionar al gobierno de forma definitiva.

Espero que cuando las elecciones generales vengan, y después de una campaña que será para recordar desgraciadamente, el horrísono quejido de la protesta sin fundamento cese definitivamente. Ah, y que si lo tienen a bien, y se detienen a pensar un poco sobre todo ello, despidan ya a los calamitosos gestores de su partido y su grupo parlamentario, giren ya su estrategia hacia el centro y moderen su tono para hacer de esa, una derecha centrada tan necesaria como poco presente en este país. Los demás no tenemos la culpa de sus fracasos. Ellos solos se metieron en berenjenales que no les convenían y ellos solos deben ser capaces de mirar hacia adentro, reflexionar, hacer limpieza y seguir adelante con un proyecto renovado, moderado e integrador de veras. Olviden por favor, campañas de boicot, exclusión, condenas hacia partes de nuestro estado o grupos o minorías. Traten de hacer política en positivo y no en negativo, seguro que los logros serán mayormente alzanzables.

Friday, September 15, 2006

Miscelánea I: de liderazgos y de trampas.

Pese a la proverbial pereza que acarrea el verano, la realidad internacional ha venido ciertamente trufada de noticias como pocas veces ha venido sucediendo en los últimos años. A veces lo cierto es que no sabe uno hacia donde mirar.

No obstante, aunque luego me decida a tocar otros temas, me inclino ahora por mostraros una imagen en un espejo. Se trata del "espejo" del Canal de la Mancha, que vierte retratos absolutamente diversos y simétricos dependiendo de la orilla que escojamos para su contemplación. Esto es particularmente significativo en lo que a líderes políticos se refiere. En París no se habla de otra cosa que de las presdienciales, y de los presidenciables. A un ya sólido Sarkozy le surge por la izquierda una figura emergente y que gana apoyos con la sucesión de los días. Se trata de Segolene Royal, que va por camino de personificar la renovación de la política francesa, tan deteriorada a ojos de sus ciudadanos. Las primarias francesas para las presidenciales parece que conceden un respiro de frescura a un panorama que venía abarrotado de paquidermos, en el que Segolene se va imponiendo progresivamente con mensajes claros, directos, enmarcados en una sonrisa diáfana y una expresión amable. Sería, en caso de conseguirlo, la primera presidenta en la historia de Francia. Suerte.

Esas primarias en el país vecino, sistema de elección de líderes abierto donde los haya, constrasta con el oscurantismo y la sórdida presión que se adivina en el proceso de sucesión entre los laboristas británicos. Gordon Brown está llamado a suceder a Blair, que es Premier desde ya hace casi una década, y que es protagonista, a diferencia de Royal, por la pesadez de su trayectoria y la irritabilidad que desprende su figura en las Islas . Ni siquiera sus correligionarios le apoyan ya. A veces da la sensación de que es casi imposible en política salir vivo de dos mandatos consecutivos. Recordemos, por otro lado, que Brown no ha surgido, como tampoco lo hizo Blair, de unas primarias. Blair se ha dado un año de plazo para abandonar la silla del Premier, y quien llegó a personificar la restauración política de las izquierdas británicas tras decenios de conservadurismo, quien nos llenó de admiración por la valentía y la consistencia de su "tercera vía", ahora nos mueve a la compasión por ser objeto de todas las críticas, por parecer incapaz de vertebrar un discurso mínimente coherente, por fallar indecorosamente en todas sus apariciones, dentro y fuera de su país. La realidad es un verdugo implacable, y acaba por superar y afear todos los encantos que pueda desplegar el más brillante orador. Porque Blair era brillante, pero ha sido víctima de su exacerbada lealtad hacia el errático liderazgo de su socio americano. Ha sido incapaz de saber diferenciarse -no ya de distanciarse- de aquella política visceral, tan poco objetiva, carente de análisis profundos y que encima es culpable de llevar a su país, campeón de la democracia, a una guerra descaradamente ilegal. Y a pesar de que en la antigua Mesopotamia los muertos en actos de guerra y atentados se cuentan ya por miles, Blair sigue sin dar señales de retroceder, de reconocer un fallo tan macabro y de decirle a su socio que ya vale de errores que cuestan tantas vidas. Blair, una estrella que se apaga.

Todo esto me lleva a recordar un artículo que leí en la Vanguardia el viernes pasado, creo (8 de septiembre de 2006). Lo firmaba N. Ferguson, profesor de políticas en Harvard, y por lo visto y leído, significado abogado de la causa realista tradicional en cuanto a relaciones internacionales se refiere. Me llamó la atención la cantidad de inexactitudes que vertía tan traquilamente y las trampas argumentales que colocaba en su artículo, difíciles de digerir para quien siga mínimamente de cerca la realidad internacional. Poco más o menos -no desarrollaremos aquí la totalidad de sus argumentos-, por lo que postulaba Ferguson era casi por la desaparición de Naciones Unidas, con el facilón y simplista argumento de su excesiva -según él- burocracia, y su manifiesta inutilidad (se permitía, incluso, en tono casi jocoso, jugar con las siglas de la organización "un" que literalmente viene a significar "in" en inglés, un prefijo que denota negatividad e incapcidad, "inutilidad" llegó a decir). Aparte del escaso ingenio que demuestra el ínclito analista con sus cometarios que pretenden ser agudos y no pasan de ser primarios, mueve a la estupefacción el que haga culpable a NU de muchos de los desastres con los que esa magna organización debe pelear. Él sabe, cualquiera sabe, que si NU no llega más lejos, más rápido o más alto, es porque, entre otras cosas, no se lo permiten, especialmente, los países que componen el Consejo de Seguridad con su inamovible, anacrónico y no-igualitario derecho de veto. Es un argumento tramposo enjuiciar a NU como si fuera un órgano libre de cualquier traba, como si tuviera una libertad de maniobra total, simplemente porque eso no es cierto y no responde a la realidad. NU somos todos, somos sus estados miembros y no es un organismo separado de sus elementos con margen de obra independiente. La virtualidad de su existencia, la verdadera eficacia de sus métodos, las ventajas que encierra como foro multipolar de diálogo y sistema de organización política sólo se verán totalmente alcanzados en la medida que los actores más relevantes que conducen su Consejo de Seguridad estén dispuestos, realmente, a abrir las puertas a una reforma del sistema. Nunca antes. Y esto Ferguson lo sabe igual que yo, y que la mayoría de los analistas. ¿Por qué entonces sigue trabajando tan abstrusa y visceralmente para una línea que sabe desviada?


Friday, September 08, 2006

FREGINALS y HORTA DE SANT JOAN.

Lo prometido es deuda.

Han pasado ya dos o tres semanas, y no logro recordar su nombre. Qué pena. Quizá tampoco me lo dijera. Ahora dudo. El caso es que, como os dije, todavía veraneando en San Carlos me acerqué a Freginals a comprar un par de garrafas de aceite de oliva. Me lo sugirió el bueno de Paco, un amigo de la familia que me ha enseñado mucho de aquellas comarcas, y le acompañé. Me pareció una buena idea al recordar un comentario que me hizo Pepe, murciano de pro, y experto corredor de limones -y todo lo que tenga que ver con el complejo universo agrícola-, que aseguraba que en los últimos años -las últimas cosechas- el mejor aceite de oliva se recolectaba en las comarcas del sur y centro de Tarragona, así como en el sur de Lérida -que no se enfade nadie-. Este todavía no lo he probado, el del año pasado que me traje de la Sierra de Cazorla rezumaba un sabor espectacular. Ya te lo diré. Nos levantamos temprano y allí ya estábamos poco antes de las nueve. La cooperativa estaba cerrada, el pueblo estaba en fiestas patronales y el arranque del día se tomaba allí con soberana calma. Frente a la cooperativa había una plaza vallada que acreditaba la celebración de las fiestas: un entoldado moteado de papeles, y unas sillas de plástico blanco, desordenadas y vacías frente a un escenario, parecían dormir algo sofocadas como el resto del pueblo en ese final de agosto.

Paco y yo nos miramos con cara de fastidio, como preguntándonos a qué hora se levantaría el dependiente y administrador de la cooperativa. Por allí andaban sentados varios abuelos que charlaban animadamente, y que nos miraban de reojo de vez en cuanto advirtiendo las prisas que nos adornan siempre a los de la gran ciudad. El grupo se disolvió a los pocos minutos y uno de los abuelos, caminando con algo de esfuerzo, un poco por el peso, otro poco por los años, ayudado de su callao, nos dijo en catalán: "vendrá, vendrá, pero todavía le falta un rato". Y no sé cómo ni de qué manera, pero el abuelo comenzó raudo el relato de su vida, una biografía que podría haber firmado cualquier personaje de Galdós. Rápidamente nos habló de su experiencia durante la guerra y el hambre que trajo al pueblo. Cuando todo hubo acabado, se las ingenió para aprobar unas oposiciones a Telefónica, ya pasadas las primeras penurias, y desde su plaza funcionarial recorrió toda la península, excepto Sevilla: "no, Sevilla es lo que único que me queda por conocer de España, y me temo que ya no la conoceré. Tengo amigos por toda España, que luego he visitado a lo largo de los años, todos me decían que me quedara a vivir por allí". En uno de sus destinos conoció a un francés afincado en España que poseía grandes heredades en su país. Como rápido se dio cuenta de que nuestro amigo era tipo listo, diestro para cualquier faena, el potentado galo le ofreció dirigir sus fincas francesas, a lo que le respondió afirmativamente. Burdeos fue la capital que más frecuentó, pero casi toda Francia también conoció el largo peregrinar de nuestro hacendoso amigo. Así le transcurrieron dieciocho años en Francia, en un estatus importante, con trabajos de responsabilidad. De vez en cuando nos interrumpía el animado relato con parrafadas en francés, de acento muy nuestro, tan rápidas como poco comprensibles. Por lo que decía parecía añorar a su jefe, que le le prometió el oro y el moro por acabar allí su vida laboral. Pero no, la tierra llama, tira. Tras todos aquellos años, cuyos detalles te ahorro, nuestro amigo regresa al pueblo por haber heredado unas tierras muy fértiles y agradecidas en las faldas de la Serralada del Montsià. Poco le costó a nuestro portagonista, tras invertir debidamente en su heredad, hacer de aquellas tierras montaraces un vergel de frutales y olivos y una huerta fecunda de veras. Se ayudó del bastón para señalarnos las tierras que ya cultivaban sus hijos. "Vivo ahora en aquella casa del fondo, la del garaje". "Anda, dijo Paco, si usted es el "pagés" al que le compro la fruta desde hace tanto años". Ese soy yo, le respondió. Y sin mediar ninguna otra palabra, se dio la vuelta y se marchó. Al girarme, me dí cuenta enseguida de que, justo en ese instante, acababan de abrir la cooperativa.

Freginals es un pueblo de un centenar, quizás dos centenares, de almas. En las faldas del Montsià, no lejos de la A-7, se halla reodeado de frutales y olivos. Le cruza por un entero una carretera comarcal, que en su seno dibuja una curva cuesta arriba, un paso de vehículos que apenas sí ve un coche o dos cada media hora. Me pareció muy curioso: el pueblo, un verdadero remanso de paz, se hallaba rodeado de excavadoreas y bulldozers, algunos frutales habían sido arrasados y se estaba abriendo paso lo que que parecía una gran carretera. Cuando lo pregunté, en la cooperativa me dijeron que estaban construyendo una variante para que los choches no pasaran por el pueblo (!?). Todo me pareció muy raro-o no-.¡ La de forasteros que se quedarán sin conocer a personajes como el abuelo de la cooperativa!

Horta de Sant Joan siempre ha representado ser para mí un pueblo legendario. No dejaba de sorprenderme que en aquel enclave bello sin par emergieran nada menos que los inicios del cubismo. En efecto, Picasso, convaleciente de una enferemedad respiratoria, por prescripción de un facultativo originario de aquel lugar marchó por unos meses de Barcelona a Horta y así beneficiarse de sus aires sanos y limpios. En el pueblo hay un pequeño museo que recuerda aquella insigne estancia. No obstante, siendo francos he de decir que Horta es de todo menos un paisaje cubista. Se alza en un pequeño montículo que mira hacia los Ports del Beceït, una sierra de bellísima factura, de perfiles cortados y muy accidentados, repleta de abedules y abetales, con una cota máxima que llega a los 1.500 metros. La plaza principal del pueblo, que es de planta circular, respira paz por los cuatro costados, y aún recuerdo sin esfuerzo el aroma a bollo tierno que me me acariciaba y aguaba el paladar a esa temprana hora de la mañana en que llegamos. Desde allí, en coche, obtuvimos licencia para adentrarnos en territorio de la reserva nacional de caza -poblada de una gran colonia de cabras montesas-, y llegados a un punto seguimos andando montaña arriba hasta llegar a los primeros saltos del afluente del Ebro, creo, el Canaletas. El barranquismo, a un nivel modesto, es una experiencia que recomiendo. Nos entubamos en trajes de neopreno y fuimos salvando ora a pie, ora nadando, todos los saltos de agua, en algunos llegando incluso a saltar desde los ocho metros de altura. Me gustaría que viérais las fotos, se nos ve a los que participamos en aquella salida, felices como en pocas ocasiones. En Horta de Sant Joan se halla también el olivo, dicen, más antiguo de España, que su propietario ha acabado vallando debido a la gran cantidad de gente que se para a tocarlo.

La semana que viene retomaré los comentarios sobre política internacional, y sobre derecho, también puntualmente. Creo que Blair y Royal ganan puntos para que les dedique si quiera unas líneas. Recuerda, OMMMMM.

Thursday, August 31, 2006

Retorno

En efecto, el que más y el que menos se encuentra de retorno de sus vacaciones. Y aquel que no, o es para compadecerle, o es para envidiarle. Y no sé qué es mejor o qué es peor.

Me he pasado el mes vegetando en el Delta del Ebro, y puedo decir casi con orgullo, que aunque entre la turba de modernos que por todas partes nos abruman con destinos de lo más exótico -yo también lo fui, y mucho- el mío de este verano no resulte a priori el más glamouroso, el lugar es idílico como pocos y me ha bastado y sobrado para pasarme unas "vacas" muy gordas. El Delta es el reino de los paseos en bici entre aves salvajes y protegidas -garzas, flamencos, fochas, ánades,...- entre canales de agua al atardecer, entre playas kilométricas de arenas muy finas con sombrillas solitarias y alejadas. Es el reino, por supuesto, de los arroces y los arrozales, muy verdes todavía hasta no caer la mitad de agosto, una primavera en mitad del verano. Sus pueblos son todavía lugares habitables en donde las cosas discurren con la tranquilidad de antaño, donde la gente se interesa amablemente por tí, donde siempre tiene un minuto para saludarte y recibirte con un calor humano ya casi olvidado. Así es, he vuelto, como está mandado, con un par de kilos de más y un rostro atezado y saludable. He vuelto con la luz de los cielos del mar, con los perfiles de pesqueros varados en el puerto, con el graznido de gaviotas. El problema ahora será mío para colocar de nuevo todo donde estaba, en fin.

Como ves, sí, he vuelto con un tono distinto; todavía o en principio, no sé que decirte, más proclive al optimismo. Hay algunos que comienzan sus planes de renovación integral para cuando muere el año, yo personalmente los llevo a cabo cuando me conviene, según de qué se trate. Para dejar el tabaco hace ya dos años y pico, por ejemplo, utilicé el corte navideño, si bien me ayudó mucho una tos galopante de esas que no permiten ni una sola calada por mucho que el cerebro aún te pida que te exprimas los pulmones. Pero para cuestiones profesionales, artísticas o académicas utilizo todavía el calendario escolar. Sin embargo, en esta ocasión he decidido acometer una renovación personal de las de año nuevo, ahora en septiembre. Sí, amigo, estoy determinado a ser optimista por naturaleza, a afrontar los retos con mayor descaro, que no con indiferencia, y a tomarme la vida un poco menos en serio, qué leches. Todavían no..., o mejor dicho, nunca es tarde para nada.

Por eso no pienso aburrirte más -por lo menos en lo que resta de verano- con mis comentarios legales o sobre política internacional si es que verdaderamente no sacuden mi epidermis. Lo de Oriente Medio, total, sigue por donde solía, como entre tirios y troyanos. Lástima, eso sí, que gente anónima que no domina su destino se vea enterrada de escombros por mor de siempre, qué pena, un misil descarriado. Estados Unidos también a seguir gobernando a su libre albedrío, europeos estarán igualmente contemporizando mientras los chinos nos invaden de zapatos, camisetas y baratijas... El mundo se complica muy rápidamente, pero al mismo tiempo muy repetidamente.

No me queda mucho tiempo para explicarte hoy nada más. O sí, pero lo que no me quedan es muchas ganas. Recuérdame si puedes que te cuente el próximo día la historia del viejo "pagés" de Freginals, un tipo curioso que me regaló el relato de su vida en quince minutos de conversación, mientras yo esperaba a que abrieran un cooperativa de aceite de oliva. Te contaré si me acuerdo mi paso por Horta de Sant Joan y alguna cosa que otra más. Es tiempo de relajarse. OMMMM. Un abrazo, hermano.


Thursday, July 27, 2006

¿Luz al final del túnel?

De forma paralela a la escalada bélica se suceden los contactos diplomáticos para que la violencia no se acabe enquistando y el alto el fuelgo en el Líbano sea por fin algo más que una esperanza. Las guerrillas de Hezbollah no parecen todavía mostrar signos de fatiga como se había previsto, y continúan castigando sin desmayo las posiciones israelitas al norte del país. El ejército hebreo, por su lado, prosigue con bombardeos indiscriminados sobre Beirut, y en menor medida, sobre posiciones guerrilleras de los extremistas islámicos. Dos semanas después del inicio de las hostilidades los norteamericanos mueven por fin pieza para mediar en pro de un alto el fuego, siempre favoreciendo la óptica judía del conflicto. NU reclama inmediatez en el alto el fuego y clama por una investigación que clarifique responsabilidades sobre la muerte de varios de sus observadores enviados especialmente a la zona. El fuego israelita no parece respetar si quiera el color de la neutralidad, las muertes parecen, en principio, presuntamente ejecutadas de forma deliberada. A nuestro juicio, es indispensable que queden clarificadas las responsabilidades sobre la muerte de los observadores de NU, que se presione a Israel a respetar la legalidad internacional y que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se pronuncie, a ser posible, de forma unánime -algo muy difícil, así es-, sobre una salida viable al conflicto y sus condiciones.

La UE, en medio del fragor del conflicto, nuevamente se debate en la limitación de su papel en el siempre difícil terreno de la política exterior común. Solana, a pesar de la indudable eficacia de sus movimientos, debe notar a buen seguro la presión de verse menoscabado en el desarrollo de sus competencias. El mundo árabe por su parte reclama -por cierto, en voz muy baja- una mayor presencia de Europa, lo cual debería insuflar esperanza para que los socios comunitarios fueran avanzando en la dirección de una política exterior común, ni que fuera a base de cooperaciones reforzadas, mirando como modelo el esquema de la moneda única sin ir más lejos, o los acuerdos de Schengen. Me resisto a verlo todo negativo en este marco y me distancio de aquellos euroescépticos de indomable pesimismo, bien pendientes de los nuevos acontecimientos para abalanzarse nuevamente con una lluvia de críticas sobre el edificio europeo. Europa es todavía un magno edificio en construcción, ya con visibles y buenos resultados, y no debe perderse la esperanza en sus posibilidades futuras. La envergadura de su proyecto demanda paciencia y persistencia en el diseño y la implementación de sus estrategias, especialmente en materia de política exterior. Los resultados acabarán llegando sin duda. De hecho, como decíamos, cada vez es más mayor la solicitud de su presencia y su voz en todo tipo de conflictos, y Solana sabe mejor que nadie como dar visibilidad a la maquinaria diplomática que encabeza.

Pero la exquisita y eficaz diplomacia que muestran algunos de nuestros políticos en el exterior, como Solana, contrasta con la torpeza de algunos de sus homólogos puertas adentro. El ejecutivo de Zapatero, dicho sea con los debidos respetos, se ha deslizado con movimientos poco sutiles en un problema que ante todo demanda mucha serenidad y análisis necesariamente muy meditados. No es tanto un problema de fondo, como de forma. Parece que en política exterior nos cuesta horrores matener la cabeza fría y esto amenaza ya con ser una tradición en la política exterior española. La crítica a cualquiera de los contendientes en un conflicto bélico no debe estar reñida con la sensatez y la mesura, sea cual sea la postura que se decida adoptar de las instituciones. Personalmente, creo que este conflicto reclama más que otros una firme apelación a la observancia de la legalidad internacional y una repartición proporcional sobre la culpabilidad de las consecuencias, según se desarrolla el estado actual de las cosas. Esa habría sido una actitud equilibrada y hubiera preservado un poco más la -algo deteriorada- imagen de la política exterior española ante la comunidad internacional. Ni siquiera los portavoces de los diferentes partidos políticos, como representantes que son de una buena parte de nuestra sociedad, debieran estar exentos de atenerse a un juicio mesurado y a una crítica más equilibrada y menos visceral. Por cierto, justo lo contrario de lo que hacen también personajes como el último ex-presidente del gobierno, ejemplo algo lamentable de cómo no ha de conducirse un líder político a la hora del análisis y la comunicación. Algunos, allá ellos, siguen por donde solían.

Wednesday, July 19, 2006

Turbulencias

Una semana se cumple ya desde que Beirut se convirtiera de nuevo en el centro de las iras del ejército israelí. Parece, sin embargo, que en las últimas horas, se abre vía con fuerza creciente la vía diplomática. Todo parece indicar que, si se cumplen los condicionantes impuestos por Tel-Aviv, una fuerza de interposición de NU se apostará en la frontera y se iniciará el proceso de enfriamiento, que a su vez ha de desembocar en nuevas conversaciones de paz. No obstante, esto no va a acabar ni mucho menos con la tensión en la región. Parece cada vez más claro que el conflicto generado ha estado ocultando el interés y la participación encubierta de otros actores en la región, enemigos irreconciliables de Israel, en absoluto interesados en que las cosas discurran por un sendero de paz. Así las cosas, hacemos votos porque se cierre este nuevo capítulo de violencia extrema, que el gobierno israelita retorne de nuevo al camino de la cordura y que el Líbano, pobre Líbano, pueda recobrar la calma que le fue injustamente arrebatada. Sin embargo, mucho me temo que, en efecto, el cese del fuego será sólo un capítulo más en esta historia interminable.

China sigue creciendo, según los últimos datos, al ritmo vetiginoso del 8,5 % de su producto interior bruto, y ya va una década desde que inició ese incremento casi exponencial. Los analistas cada vez miran con mayor preocupación el imparabale emerger de una economía que de forma irremediable va a requerir cualquier materia prima sin medida. Ahora parece que procupa menos el estado de los derechos humanos y las libertades fundamentales en el antiguo Imperio del Centro, lo que inquieta de veras es esa necesidad de consumir - y contaminar- que puede hacer pequeño el problema del consumo insostenible de los norteamericanos, y que puede generar nuevas tensiones a medio/largo plazo, si tenemos en cuenta la limitación de los recursos energéticos. De hecho, China ya lleva años tomando posiciones en el tablero de Asia Central, Oriente Medio y Africa para asegurarse el aprovisionamiento libre de dichos recursos. Parece ser, no obstante que problemas de orden interno frenarán su expansión, como puede ser la corrupción institucional, su baja apuesta por la producción de bienes de gran valor añadido, el auge nacionalista en algunas provincias del interior, y una estructura social todavía demasiado revuelta y fragmentada. Merece la pensa que se siga investigando en esta dirección.

Un último apunte de política local. El partido socialista catalán ya aparece como primera fuerza política de cara a las autonómicas del próximo uno de noviembre, según recientes trabajos de observatorios institucionales. Comienza la guerra de encuestas cruzadas, a las que sin que se deba de creer a pies justillas, siempre conviene mirar de reojo. Me parece un poco pronto para adelantar expectativas de voto, máxime teniendo en cuenta que Maragall sigue aún al frente del ejecutivo catalán, y todos sabemos su inveterada manía de no pasar desapercibido ni siquiera en batallas ajenas. Sí creo que va a ser un enfrentamiento de mayor nivel que en ocasiones precedentes, teniendo en cuenta el perfil ejecutivo del nuevo líder socialista y su probable capacidad de movilizar en las autonómicas a un electorado que normalmente no se caracteriza por su participación en este nivel de convocatorias electorales. Hasta pronto, saludos.


Thursday, July 13, 2006

Contextos.

Inicio hoy mi singladura por el mundo de la intercomunicación. No estoy muy seguro de que sea un gran día por eso. En un mundo como este, que haya una voz más no parece tener gran importancia. En todo caso, lo importante de veras es que puedan haberlas y en todos los tonos, y que con oyentes o no, puedan expresarse con libertad.

El suceso más llamativo de la jornada es sin duda el recrudecimiento de las hostilidades en la frontera de Israel con el Líbano. La sensibilidad geoestrátegica de la zona merece toda mi atención. Es curioso, el verano pasado, Peter, un amigo británico que imparte clases de inglés en Barcelona, me comentaba lo bien que había pasado las vacaciones en Beirut, la sensación de seguridad que se respiraba, la hospitalidad de su gente, además, me dijo, de lo barato que resultaban unas vacaciones en unas magníficas playas mediterrráneas. Se alegraba, me acabó comentando, de que Beirut volviera a respirar aquel lejano de clima de libertad que un día la hizo próspera y afamada. Pero aquellos tiempos pasaron hace mucho, y Líbano parecía estar recuperando muy lentamente -con permiso de Damasco- aquel cálido clima que la hiciera bautizar como la "Suiza" del Oriente Medio, aquel reducto de tolerancia y mezcolanza cultural. Nueva y desgraciadamente, Líbano vuelve a pagar un precio muy alto por su vencidad con judíos y palestinos. ¿Volverá la paz a Oriente Medio? Algún día, seguro que sí.

Zidane se ha pronunciado por fin. Casi mejor que no lo hubiera hecho. Nadie le discutirá jamás su clase, su elegancia, la armonía de sus movimentos con una bola en los pies; una elegancia que por contra ha despreciado al no mostrar arrepentimiento por una falta injustificable. Llueve sobre mojado. Apesar de todo, sus quiebros se echarán de menos.

Maragall pretendía hoy convocar elecciones autonómicas para el día de todos los santos. Genio y figura, hasta la sepultura. El todavía "President" no se resiste a dejar marcada su impronta en los anales políticos catalanes. Le cuesta horrores no pasar desapercibido, ni que sea en algo tan sencillo como en una simple convocatoria electoral que prácticamente tenía ya fecha señalada. Su motivación, dicen: evitar que la participación electoral torne a ser testimonial. No es privativo, no obstante, de Maragall. En general, la clase política -catalana, española, europea- no se resigna al hecho ya consumado de que la política deje de ser un hecho central en nuestras vidas. Es normal que como gestores de nuestros intereses busquen una mayor legitimidad en sus políticas a base de intentar lograr una mayor participación en los sucesivos comicios, pero la realidad hace ya años que demuestra -en España y fuera de ella-que la ciudadanía sólo mira la política como un hecho social que le afecta muy relativamente. Desde luego, no es algo que deba aplaudirse. Pero tampoco la lógica preocupación justifica modos extravagantes en este delicado asunto. Menos comprensible sería aún, como se ha visto publicado, que la convocatoria se realizara en fecha laborable. Sólo falta que además, las elecciones entorpezcan el proceso productivo.