Thursday, August 31, 2006

Retorno

En efecto, el que más y el que menos se encuentra de retorno de sus vacaciones. Y aquel que no, o es para compadecerle, o es para envidiarle. Y no sé qué es mejor o qué es peor.

Me he pasado el mes vegetando en el Delta del Ebro, y puedo decir casi con orgullo, que aunque entre la turba de modernos que por todas partes nos abruman con destinos de lo más exótico -yo también lo fui, y mucho- el mío de este verano no resulte a priori el más glamouroso, el lugar es idílico como pocos y me ha bastado y sobrado para pasarme unas "vacas" muy gordas. El Delta es el reino de los paseos en bici entre aves salvajes y protegidas -garzas, flamencos, fochas, ánades,...- entre canales de agua al atardecer, entre playas kilométricas de arenas muy finas con sombrillas solitarias y alejadas. Es el reino, por supuesto, de los arroces y los arrozales, muy verdes todavía hasta no caer la mitad de agosto, una primavera en mitad del verano. Sus pueblos son todavía lugares habitables en donde las cosas discurren con la tranquilidad de antaño, donde la gente se interesa amablemente por tí, donde siempre tiene un minuto para saludarte y recibirte con un calor humano ya casi olvidado. Así es, he vuelto, como está mandado, con un par de kilos de más y un rostro atezado y saludable. He vuelto con la luz de los cielos del mar, con los perfiles de pesqueros varados en el puerto, con el graznido de gaviotas. El problema ahora será mío para colocar de nuevo todo donde estaba, en fin.

Como ves, sí, he vuelto con un tono distinto; todavía o en principio, no sé que decirte, más proclive al optimismo. Hay algunos que comienzan sus planes de renovación integral para cuando muere el año, yo personalmente los llevo a cabo cuando me conviene, según de qué se trate. Para dejar el tabaco hace ya dos años y pico, por ejemplo, utilicé el corte navideño, si bien me ayudó mucho una tos galopante de esas que no permiten ni una sola calada por mucho que el cerebro aún te pida que te exprimas los pulmones. Pero para cuestiones profesionales, artísticas o académicas utilizo todavía el calendario escolar. Sin embargo, en esta ocasión he decidido acometer una renovación personal de las de año nuevo, ahora en septiembre. Sí, amigo, estoy determinado a ser optimista por naturaleza, a afrontar los retos con mayor descaro, que no con indiferencia, y a tomarme la vida un poco menos en serio, qué leches. Todavían no..., o mejor dicho, nunca es tarde para nada.

Por eso no pienso aburrirte más -por lo menos en lo que resta de verano- con mis comentarios legales o sobre política internacional si es que verdaderamente no sacuden mi epidermis. Lo de Oriente Medio, total, sigue por donde solía, como entre tirios y troyanos. Lástima, eso sí, que gente anónima que no domina su destino se vea enterrada de escombros por mor de siempre, qué pena, un misil descarriado. Estados Unidos también a seguir gobernando a su libre albedrío, europeos estarán igualmente contemporizando mientras los chinos nos invaden de zapatos, camisetas y baratijas... El mundo se complica muy rápidamente, pero al mismo tiempo muy repetidamente.

No me queda mucho tiempo para explicarte hoy nada más. O sí, pero lo que no me quedan es muchas ganas. Recuérdame si puedes que te cuente el próximo día la historia del viejo "pagés" de Freginals, un tipo curioso que me regaló el relato de su vida en quince minutos de conversación, mientras yo esperaba a que abrieran un cooperativa de aceite de oliva. Te contaré si me acuerdo mi paso por Horta de Sant Joan y alguna cosa que otra más. Es tiempo de relajarse. OMMMM. Un abrazo, hermano.