Wednesday, July 19, 2006

Turbulencias

Una semana se cumple ya desde que Beirut se convirtiera de nuevo en el centro de las iras del ejército israelí. Parece, sin embargo, que en las últimas horas, se abre vía con fuerza creciente la vía diplomática. Todo parece indicar que, si se cumplen los condicionantes impuestos por Tel-Aviv, una fuerza de interposición de NU se apostará en la frontera y se iniciará el proceso de enfriamiento, que a su vez ha de desembocar en nuevas conversaciones de paz. No obstante, esto no va a acabar ni mucho menos con la tensión en la región. Parece cada vez más claro que el conflicto generado ha estado ocultando el interés y la participación encubierta de otros actores en la región, enemigos irreconciliables de Israel, en absoluto interesados en que las cosas discurran por un sendero de paz. Así las cosas, hacemos votos porque se cierre este nuevo capítulo de violencia extrema, que el gobierno israelita retorne de nuevo al camino de la cordura y que el Líbano, pobre Líbano, pueda recobrar la calma que le fue injustamente arrebatada. Sin embargo, mucho me temo que, en efecto, el cese del fuego será sólo un capítulo más en esta historia interminable.

China sigue creciendo, según los últimos datos, al ritmo vetiginoso del 8,5 % de su producto interior bruto, y ya va una década desde que inició ese incremento casi exponencial. Los analistas cada vez miran con mayor preocupación el imparabale emerger de una economía que de forma irremediable va a requerir cualquier materia prima sin medida. Ahora parece que procupa menos el estado de los derechos humanos y las libertades fundamentales en el antiguo Imperio del Centro, lo que inquieta de veras es esa necesidad de consumir - y contaminar- que puede hacer pequeño el problema del consumo insostenible de los norteamericanos, y que puede generar nuevas tensiones a medio/largo plazo, si tenemos en cuenta la limitación de los recursos energéticos. De hecho, China ya lleva años tomando posiciones en el tablero de Asia Central, Oriente Medio y Africa para asegurarse el aprovisionamiento libre de dichos recursos. Parece ser, no obstante que problemas de orden interno frenarán su expansión, como puede ser la corrupción institucional, su baja apuesta por la producción de bienes de gran valor añadido, el auge nacionalista en algunas provincias del interior, y una estructura social todavía demasiado revuelta y fragmentada. Merece la pensa que se siga investigando en esta dirección.

Un último apunte de política local. El partido socialista catalán ya aparece como primera fuerza política de cara a las autonómicas del próximo uno de noviembre, según recientes trabajos de observatorios institucionales. Comienza la guerra de encuestas cruzadas, a las que sin que se deba de creer a pies justillas, siempre conviene mirar de reojo. Me parece un poco pronto para adelantar expectativas de voto, máxime teniendo en cuenta que Maragall sigue aún al frente del ejecutivo catalán, y todos sabemos su inveterada manía de no pasar desapercibido ni siquiera en batallas ajenas. Sí creo que va a ser un enfrentamiento de mayor nivel que en ocasiones precedentes, teniendo en cuenta el perfil ejecutivo del nuevo líder socialista y su probable capacidad de movilizar en las autonómicas a un electorado que normalmente no se caracteriza por su participación en este nivel de convocatorias electorales. Hasta pronto, saludos.


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