Bush está hoy de visita oficial en Vietnam. He podido ver en el diario que una lugareña le acababa de arreglar un vestido tradicional vietnamita, que según parece en algún momento se colocará el mandatario americano, como modo simpático de mejor caer en gracia a sus huéspedes, sus sufridos y nada olvidadizos huéspedes. Igualmente, he podido oir al respecto que en una de las arengas pronunciadas hoy mismo por Bush -que rápido vuelan ya las noticias-el presidente afirmaba que la lección que el pueblo americano debe extraer de la guerra de Vietnam, con respecto a la de Irak, es que no se debe abandonar el campo de batalla así como así -más o menos-. Y se habrá quedado tan pancho, digo yo.
Su amigo el mandatario Blair, sigue igualmente un tanto reflexivo ahora que empieza a ver el final de su carrera declinante en Downing Street. Acaba de asegurar que una salida negociada, y una retirada progresiva del conflicto podría ser una buena solución. El propio Bush reconoció al saberse perdedor en las legislativas americanas que el asunto de Irak requiere un giro estratégico, despidió a Rumsfeld -lo que en el fondo fue un enorme favor a un gran amigo- y parece que sondea, a la vez que promueve, tímidos intentos de conversaciones indirectas con Siria e Irán para bosquejar un arreglo global a los conflictos del Oriente Medio.
Vaya hombre, tan sólo unos centenares de miles de muertos después, parece que a los adalides de la democracia se les ocurre pensar que las formas pacíficas de arreglo de controversias es un sistema factible de dirimir diferencias insalvables. Parece que ya no es tan urgente descubrir unas armas químicas que no existen, parece que el destino de Occidente sigue a salvo a pesar de todo. Y no es demagogia, señores, porque los muertos ahí están, la destrucción ya arrasó lo que debía arrasar, el mal está hecho y la herida tardará en cicatrizar..., cuando acabe de sangrar más bien. ¿Por qué cuesta tanto ser razonables? ¿El petróleo? ¿La industria de armamento? ¿El "Destino Manifiesto"? ¿La exportación de los valores democráticos? Es para mandar a freir espárragos a los cuentistas que nos vienen con geoestrategia barata, a sus escribanos serviles y a las madre que les matriculó. Tanto Harvard, Tanto Oxford y Cambridge para qué. A veces le dan a uno ganas de coger una cachimba y hacerse hippy. Y perdonen ustedes el tono de hoy, me ha dado por pensar qué me pasaría por la cabeza si me hubiera tocado en suerte ser padre de familia irakí.
Su amigo el mandatario Blair, sigue igualmente un tanto reflexivo ahora que empieza a ver el final de su carrera declinante en Downing Street. Acaba de asegurar que una salida negociada, y una retirada progresiva del conflicto podría ser una buena solución. El propio Bush reconoció al saberse perdedor en las legislativas americanas que el asunto de Irak requiere un giro estratégico, despidió a Rumsfeld -lo que en el fondo fue un enorme favor a un gran amigo- y parece que sondea, a la vez que promueve, tímidos intentos de conversaciones indirectas con Siria e Irán para bosquejar un arreglo global a los conflictos del Oriente Medio.
Vaya hombre, tan sólo unos centenares de miles de muertos después, parece que a los adalides de la democracia se les ocurre pensar que las formas pacíficas de arreglo de controversias es un sistema factible de dirimir diferencias insalvables. Parece que ya no es tan urgente descubrir unas armas químicas que no existen, parece que el destino de Occidente sigue a salvo a pesar de todo. Y no es demagogia, señores, porque los muertos ahí están, la destrucción ya arrasó lo que debía arrasar, el mal está hecho y la herida tardará en cicatrizar..., cuando acabe de sangrar más bien. ¿Por qué cuesta tanto ser razonables? ¿El petróleo? ¿La industria de armamento? ¿El "Destino Manifiesto"? ¿La exportación de los valores democráticos? Es para mandar a freir espárragos a los cuentistas que nos vienen con geoestrategia barata, a sus escribanos serviles y a las madre que les matriculó. Tanto Harvard, Tanto Oxford y Cambridge para qué. A veces le dan a uno ganas de coger una cachimba y hacerse hippy. Y perdonen ustedes el tono de hoy, me ha dado por pensar qué me pasaría por la cabeza si me hubiera tocado en suerte ser padre de familia irakí.
No comments:
Post a Comment